Brasil redobla su apuesta petrolera con megaproyecto en alta mar

Brasil está impulsando su capacidad de producción petrolera en el campo offshore de Búzios, ubicado en la cuenca de Santos, con la incorporación de cuatro nuevas unidades flotantes de producción, almacenamiento y transferencia (FPSO, por sus siglas en inglés).

Estas plataformas, que se sumarán a las 44 ya operativas en el área, están diseñadas para incrementar significativamente la producción de petróleo y gas natural en una de las regiones más prometedoras del presal brasileño. Petrobras, la petrolera estatal que opera el campo con una participación del 92,6%, tiene como objetivo aumentar la producción de Búzios hasta los 2 millones de barriles por día (bpd) en 2030, consolidando a Brasil como un líder en el mercado petrolero en alta mar.

Las FPSO, que entrarán en operación entre 2026 y 2027, tendrán una capacidad de procesamiento de hasta 225.000 barriles de petróleo diarios y 12 millones de metros cúbicos de gas natural por día, posicionando a Búzios entre los campos offshore más productivos del mundo. Además, incorporarán tecnologías avanzadas para optimizar la eficiencia operativa y reducir las emisiones de carbono, alineándose con los compromisos de sostenibilidad de Petrobras.

Sin embargo, la compañía enfrenta desafíos. En el cuarto trimestre de 2024, la producción de Petrobras cayó un 10,5%, llegando a 2,63 millones de barriles equivalentes de petróleo por día (boe/d) debido a paradas de mantenimiento. Además, sus exportaciones sufrieron una caída interanual del 22%, reflejando una reconfiguración del mercado internacional.

El comercio de crudo también está experimentando cambios: la cuota de China en las exportaciones de Petrobras se redujo del 44% al 30%, mientras que la de Europa creció del 28% al 38%, evidenciando un ajuste en la demanda global de petróleo.

A pesar de estos retos, Petrobras sigue adelante con su estrategia. Aunque ha recortado su gasto de capital para 2025 de 21.000 millones a 17.000 millones de dólares, en los próximos cinco años invertirá 111.000 millones de dólares, de los cuales 77.000 millones estarán destinados a exploración y producción de petróleo y gas.

Pero Petrobras no es la única en esta batalla. Según la consultora Wood Mackenzie, las petroleras privadas en Brasil planean aumentar su producción un 75% hacia 2030. Gigantes como Shell, Equinor, TotalEnergies y Repsol Sinopec Brasil están apostando fuerte por los yacimientos presalinos, buscando aprovechar el crudo dulce y bajo en azufre que caracteriza a esta región.

Mientras tanto, el mercado sigue en constante movimiento. El barril de Brent se mantiene en torno a los 73,32 dólares, y el WTI ronda los 69,91 dólares, lo que deja abierta la pregunta sobre el impacto que tendrá la expansión de Búzios en los precios y el equilibrio global del sector.

Con más plataformas, una competencia creciente y un mercado en transformación, Brasil se prepara para una nueva era en su dominio petrolero offshore.