El 80% de las importaciones estadounidenses de petróleo proceden por primera vez de Occidente

Aunque esto no protegería por completo a Estados Unidos de los posibles efectos de los ataques a los buques que atraviesan el Canal de Suez -precios desbocados del petróleo y la gasolina o incluso renovadas presiones inflacionistas en el próximo año electoral-, podría ser peor.

Las importaciones estadounidenses de petróleo de las dos principales fuentes del Medio Oriente -Arabia Saudita e Irak- van camino de representar apenas el 10% del total este año. Es el segundo porcentaje más bajo registrado, según los últimos datos de la Oficina del Censo de EE. UU., hasta octubre.

Para proporcionar algo de contexto, durante seis de los siete años entre 2012 y 2018, solo los saudíes y los iraquíes representaron más del 20% de las importaciones de petróleo de Estados Unidos, o aproximadamente el doble del porcentaje actual.

La región es, en el momento de escribir estas líneas, como un barril de pólvora, con Israel continuando su brutal asalto a Gaza en respuesta al bárbaro ataque de Hamás del 7 de octubre contra el sur de Israel y con los rebeldes hutíes de Yemen, representantes de Irán, atacando barcos y creando un ambiente que está llevando a otras navieras a desviar el rumbo del Canal de Suez.

Pero en igualdad de condiciones, es mucho mejor depender un 10% del petróleo de Medio Oriente que un 20%.

Canadá es de lejos la mayor fuente de importaciones de petróleo de Estados Unidos, con un 55,67% hasta octubre. México ocupa el segundo lugar, con un 12,09%, lo que significa que los dos socios del USMCA representan por sí solos más de dos tercios de todas las importaciones estadounidenses de petróleo en valor.

Colombia, Brasil, Ecuador, Venezuela y Guyana también se encuentran entre los 10 primeros, con lo que el total procedente del hemisferio occidental supera el 80%.

Figura 1. Canadá y México representan por sí solos cerca de dos tercios del total de las importaciones estadounidenses de petróleo hasta octubre, según los últimos datos disponibles de la U.S. Census Bureau.

Es probable que, por segunda vez, el comercio de petróleo contribuya a la balanza comercial global de Estados Unidos, en lugar de ser un lastre para la misma.

Con esto nos referimos a que las exportaciones de petróleo están en camino de representar más del 41% del comercio total de petróleo (exportaciones más importaciones), mientras que el comercio global de Estados Unidos se sitúa ligeramente por debajo del 40% de exportaciones.

Así pues, aunque el valor de las importaciones de petróleo estadounidenses sigue siendo mayor que el de las importaciones, la diferencia no sólo se está reduciendo, sino que es menor que la media general de Estados Unidos.

Una década antes, las exportaciones de petróleo representaban sólo el 1,53% de todo el comercio de petróleo. Este año, hasta octubre, el porcentaje real de exportación es del 41,54% del total, casi el doble en solo cinco años, desde 2018. Todos estos porcentajes se basan en datos hasta octubre, para mantener las comparaciones en este post «manzanas con manzanas».

El resultado es que es probable que el petróleo sea la principal exportación de Estados Unidos en 2023 por primera vez, como informé anteriormente. (Ese cálculo combinaba el valor de las categorías de gasolina con plomo y sin plomo).

¿Hasta qué punto depende Estados Unidos de las importaciones de petróleo? Es difícil saberlo con exactitud, según el Gobierno. Parece ser, según las cifras de la Administración de Información Energética de EE.UU. hasta 2022, que el valor de las exportaciones de petróleo de EE.UU. es aproximadamente el 30% de la producción total de petróleo de EE.UU. y que EE.UU. consume aproximadamente el 80% de lo que produce.

Fuente: https://www.worldenergytrade.com/oil-gas/general/80-porciento-de-las-importaciones-estadounidenses-de-petroleo