La firma del acuerdo, que podría producirse en las próximas semanas, supondría un gran avance para Irak, donde la producción se ha visto limitada por años de guerra, corrupción y tensiones geopolíticas. La petrolera británica BP está a punto de volver a apostar fuerte por Irak y está dispuesta a invertir hasta 25.000 millones de dólares a lo largo de la vida de un proyecto para reconstruir cuatro yacimientos de petróleo y gas de Kirkuk, en un momento en que Bagdad trata de recuperar la inversión extranjera.
Se trata de un precio elevado para una región que ha sufrido más de un conflicto e inestabilidad, pero con los precios del crudo rondando los 75 dólares e Irak deseoso de recuperar su posición como principal proveedor mundial de petróleo, puede que sea el momento oportuno.
La historia de BP en Kirkuk es muy antigua. La empresa formó parte del consorcio original que descubrió petróleo allí hace casi un siglo, pero sus intentos más recientes de desarrollar los yacimientos han sido de todo menos fluidos. Un acuerdo de 2013 con Bagdad se anuló después de que el ISIS arrasara el norte de Irak en 2014.
Luego, en 2017, el Gobierno iraquí arrebató el control de la región a las fuerzas kurdas tras un referéndum de independencia fallido, lo que se sumó al drama político existente. En 2019, una exasperada BP se había retirado por completo tras no llegar a un acuerdo de expansión.
Ahora, BP ha vuelto, esta vez con un acuerdo de reparto de beneficios que podría durar 25 años. Si se mantiene, este acuerdo sería una de las mayores inversiones extranjeras en el sector petrolero iraquí desde el acuerdo de 27.000 millones de dólares de TotalEnergies en Basora el año pasado.
¿Qué gana BP?
Para BP, el atractivo es simple: Irak posee las quintas mayores reservas de petróleo del mundo, y sólo Kirkuk alberga unos 9.000 millones de barriles de crudo recuperable. Según el acuerdo, se espera que BP aumente la producción de 300.000 barriles diarios (bpd) a 450.000 bpd en un plazo de dos a tres años.
A diferencia de los contratos de servicios técnicos habituales en Irak, que pagan a las petroleras una tarifa fija por su trabajo, este modelo de reparto de beneficios permite a BP recuperar primero los costos y empezar a ganar dinero de verdad una vez que la producción supere los niveles actuales.
Se trata de un cambio importante con respecto a acuerdos anteriores, en los que las petroleras extranjeras se quejaban de sus escasos márgenes.
¿Qué gana Irak?
Irak tiene enormes reservas de petróleo, pero también graves problemas de infraestructura. Años de guerra y mala gestión gubernamental han mermado la capacidad de producción, y los inversores se han mostrado reticentes a volver a invertir. Irak es el segundo productor de la OPEP, pero su industria petrolera funciona muy por debajo de su potencial.
Bagdad necesita desesperadamente inversión extranjera para modernizar sus viejos yacimientos y mejorar la captación de gas natural, sobre todo porque gran parte del gas asociado del país se quema en lugar de utilizarse. El acuerdo con BP no se limita a bombear más crudo, sino que también debe contribuir a aumentar la producción nacional de energía para satisfacer la creciente demanda de electricidad.
Riesgos y realidades
Aun con unos precios del petróleo relativamente estables, la inestabilidad política en Irak sigue siendo una preocupación importante. El sector petrolero del país sigue estando plagado de una burocracia agobiante, riesgos para la seguridad y alianzas cambiantes entre Bagdad y el Gobierno Regional Kurdo (GRK) semiautónomo.
Y con el presidente Trump aumentando la presión sobre Irán y sus aliados regionales, Irak podría quedar fácilmente atrapado en el fuego cruzado. BP, que ya opera en el yacimiento petrolífero de Rumaila, en el sur de Irak, tendrá que sortear todo esto mientras intenta obtener beneficios en Kirkuk.
Con 25.000 millones de dólares a lo largo de 25 años, BP está haciendo una apuesta masiva para que Irak pueda estabilizar su sector petrolífero y ofrecer el tipo de clima favorable a la inversión que ha eludido al país durante décadas. Si el proyecto tiene éxito, BP podría afianzarse en una de las regiones más ricas en petróleo del mundo.