Actualmente, la referencia Brent, utilizada en Colombia, se cotiza alrededor de 77 dólares por barril.
El petróleo es uno de los commodities más relevantes en el mundo, ya que grandes industrias a nivel global lo emplean como insumo para fábricas, transporte, generación de energía, entre otros sectores. No obstante, su precio ha mostrado una fuerte volatilidad en los últimos años.
En 2020, durante la pandemia de Covid-19, el barril de petróleo alcanzó niveles impensables de 0 dólares, marcando un mínimo histórico. Esto se debió a un exceso de oferta energética mundial tras la paralización de la actividad económica global. A medida que las economías reabrieron, el precio del crudo comenzó a recuperarse, cerrando 2020 en 50 dólares por barril. Posteriormente, el Brent finalizó en 77,78 dólares en 2021, 85,91 dólares en 2022, 77,04 dólares en 2023 y 74,64 dólares en 2024.
Durante 2025, el precio del petróleo se ha mantenido en un promedio de 75 dólares por barril, con un mínimo de 74,29 dólares y un máximo de 82,03 dólares. Este comportamiento volátil responde a factores como la desaceleración de la economía china y el incremento en la producción de países no miembros de la OPEP+, lo que ha ejercido presión sobre los precios.
Las decisiones de Estados Unidos y su impacto en el petróleo
Un estudio de Corficolombiana proyectaba un promedio de 75 dólares por barril para la referencia Brent en 2025. Sin embargo, una nueva ola de sanciones estadounidenses contra la industria energética rusa a inicios de año ha generado presiones alcistas, elevando los precios por encima de 80 dólares por barril, un nivel no visto en más de cuatro meses.
Desde el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se han anunciado varias medidas que han añadido volatilidad al mercado petrolero, entre ellas la declaratoria del estado de Emergencia Energética. Según la administración estadounidense, la insuficiente capacidad energética del país ha afectado la producción, el transporte y el refinamiento de petróleo y gas, impulsando los precios al alza. Como respuesta, el gobierno busca aumentar la oferta para reducir costos.
Desde 2018, Estados Unidos se ha consolidado como el principal productor de crudo a nivel mundial, con un crecimiento constante impulsado por la extracción en la cuenca del Permian, la cual representa el 48 por ciento de su producción.
“La política de expansión en la exploración y producción de petróleo en Estados Unidos podría generar presiones adicionales sobre la oferta mundial de crudo. Antes del anuncio de Emergencia Energética, ya anticipábamos una reducción del 6,4 por ciento en el precio del Brent para 2025 frente al promedio de 2024, que se ubicó en 80 dólares por barril”, señaló el informe de Corficolombiana.
En este contexto, se estima que cada dólar menos en el precio del crudo podría reducir en aproximadamente 170 millones de dólares el valor de las exportaciones, una cifra comparable a las ventas mensuales del sector floricultor. Además, menores precios del petróleo afectarían la balanza comercial, ampliando el déficit en cuenta corriente y aumentando la vulnerabilidad externa de Colombia.
El panorama para las exportaciones de crudo en Colombia
Actualmente, Colombia representa solo el 3,2 por ciento de las importaciones de petróleo de Estados Unidos, aunque este sigue siendo su principal socio comercial en el sector, concentrando el 38 por ciento de las exportaciones colombianas de crudo.
No obstante, el sector enfrenta nuevos desafíos. La reciente imposición de un impuesto del 1 por ciento a las exportaciones petroleras, anunciado por el Ministerio de Hacienda en el marco de la declaratoria de conmoción interior, podría restar rentabilidad y afectar aún más los ingresos externos del país.
A pesar de esto, la menor demanda de crudo canadiense en Estados Unidos abre la posibilidad de aumentar las exportaciones colombianas. El petróleo colombiano, en su mayoría pesado y mediano, posee características similares a los crudos canadienses, lo que lo convierte en una alternativa viable para abastecer refinerías estadounidenses que buscan evitar costos adicionales derivados de los nuevos aranceles.
Para que Colombia no quede rezagada en el comercio exterior y garantice su autosuficiencia energética, es fundamental fortalecer su sector de hidrocarburos mediante medidas que generen estabilidad y confianza para los inversionistas.
“Es necesario permitir la firma de nuevos contratos de exploración y producción de petróleo y gas, garantizando la reposición de reservas y la sostenibilidad de la producción en el mediano y largo plazo. Adicionalmente, se debe avanzar en la habilitación de proyectos piloto en yacimientos no convencionales, lo que permitiría evaluar nuevas oportunidades para incrementar la producción nacional”, destacó Corficolombiana.
El informe advierte que, de mantenerse la tendencia actual, la producción de petróleo en Colombia podría caer un 4 por ciento en 2025, en contraste con otros países que buscan aumentar su capacidad productiva.
Una menor producción también tendría repercusiones fiscales, afectando principalmente a Ecopetrol y sus contribuciones a las finanzas públicas. Se estima que, de continuar la caída en la producción, las transferencias de la empresa a la nación podrían disminuir un 21,3 por ciento anual en 2025.
Además, la posible venta de la participación de Ecopetrol en el Permian, tal como lo ha sugerido el presidente Gustavo Petro, podría agravar aún más la situación, ya que esta inversión representa una fuente clave de ingresos para la compañía.
En este escenario, la pregunta clave es si Colombia aprovechará la coyuntura para impulsar su producción petrolera o si continuará perdiendo participación en el mercado energético global.