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Las grandes petroleras apuestan por el gas natural como su nuevo motor de crecimiento

Del crudo al gas natural: cómo las petroleras están reinventando su futuro.

Las grandes petroleras, conocidas como el "Big Oil" suele ser el villano en relatos sobre especulación de precios, monopolios o negacionismo climático. Pero hoy, estas compañías internacionales producen colectivamente apenas una décima parte del petróleo global. Su fama, influencia y crecimiento futuro podrían surgir de un papel antiguo pero renovado: el "Big Gas" (las grandes del gas).

Las grandes petroleras occidentales han experimentado varios giros estratégicos en las últimas décadas. Entre ellas están las estadounidenses ExxonMobil y Chevron, las británicas BP y Shell, la francesa TotalEnergies, la italiana ENI y la noruega Equinor, que, aunque de mayoría estatal, pertenece a una categoría similar. Mega-fusiones, crecimiento costoso, recortes, transición energética y regresos a su negocio central han ido y venido.

Pero la tendencia es clara, el cambio hacia el gas. En equivalente energético, BP producía dos tercios de petróleo en 2005; hoy genera más gas que crudo. Aparte de ExxonMobil y TotalEnergies, grandes productoras de petróleo, las demás están prácticamente equilibradas. Chevron, cuya producción en 2005 era del 70% de petróleo, se ha reducido al 55%. Shell, el mayor comerciante de gas no estatal, siempre fue fuerte en este sector y, con la compra de BG en 2015 y Pavilion Energy (Singapur) el mes pasado, ha avanzado aún más.

Las empresas han reducido sus reservas petroleras. Aunque muchas hicieron grandes adquisiciones, solo ExxonMobil produce más petróleo que hace 20 años. Han recortado gastos de capital y probablemente lo harán más tras la reciente caída de los precios del crudo. Mientras, nuevos proyectos de gas las inclinarán aún más hacia el "combustible azul".

¿Por qué esta transformación?

  • El gas emite mucho menos carbono y, en general, es más limpio que el petróleo.
  • Tiene mejores perspectivas de demanda, mientras las perspectivas del petróleo se ensombrecen por el auge de los vehículos eléctricos, el gas puede generar electricidad para sustituir al carbón y complementar a las renovables, y es un insumo esencial para la industria.
  • Su precio es generalmente inferior al del petróleo, apenas un tercio en Estados Unidos, pero casi paritario hoy en Asia Oriental. Y esto se compensa con unas condiciones contractuales más generosas por parte de muchos gobiernos. La producción no está restringida por las políticas de la OPEP+.
  • A diferencia del petróleo, es difícil de transportar por todo el mundo, pero esto garantiza un papel a las grandes empresas capaces de gestionar el costoso y complicado negocio del gas natural licuado (GNL).

Las grandes petroleras occidentales se han visto expulsadas de muchas zonas petrolíferas, pero mantienen su posición en el sector del gas. Y los recursos de gas sin explotar son abundantes, sobre todo en África, donde el reto no es encontrarlos, sino idear un plan comercial viable

Shell prevé aumentar sus ventas de GNL entre un 4% y un 5% anual hasta 2030, según declaró la empresa en la actualización trimestral de marzo.

El auge del GNL y nuevos jugadores

Los precios del gas en Norteamérica han sido tan bajos durante tanto tiempo que las multinacionales han tendido a descuidarlo. Esto ha permitido el surgimiento de megaempresas estadounidenses dedicadas al gas de esquisto.

Empresas especializadas en gas de esquisto como EQT y Expand Energy, fruto de la fusión de Chesapeake y Southwestern, ya producen tanto o más gas que algunas majors. Woodside (Australia), con su inversión de $17.500 millones en Luisiana, podría superar a ExxonMobil, Chevron o BP en GNL.

Esto ha permitido el surgimiento de megaempresas estadounidenses dedicadas al gas de esquisto. Expand Energy, formada por la fusión de Chesapeake y Southwestern, produce tanto o más gas que algunas de las grandes petroleras.

EQT, que opera sobre todo en la cuenca de los Apalaches, en el este de Estados Unidos, no se queda atrás. Su última inversión de 17.500 millones de dólares en Luisiana podría convertirla en una empresa de GNL más importante que ExxonMobil, Chevron o BP.

No solo las grandes petroleras occidentales ven el potencial:
  • QatarEnergy, gracias al mayor yacimiento de gas del mundo, domina desde los 2000 y casi duplicará su producción de GNL para 2030.
  • Saudi Aramco busca aumentar su producción de gas un 60% para 2030, con respecto a 2021, con el fin de sustituir el consumo interno de petróleo.
  • ADNOC el año pasado tomó una posición en el proyecto de GNL de NextDecade en Texas.
  • Las chinas PetroChina y Sinopec ya equilibran su producción entre petróleo y gas, apoyando los objetivos de Pekín de reducir emisiones y mejorar la seguridad energética.

Excepciones y riesgos

Hay un par de excepciones, TotalEnergies se considera una empresa centrada en la transición energética. A diferencia de BP y Shell, se ha mantenido firme, con una cartera de renovables considerable y creciente. Es la segunda mayor comercializadora de GNL de las grandes petroleras, después de Shell. Sin embargo, su producción se compone en un 62% de petróleo y, con la adquisición de la danesa Maersk en 2017, se ha convertido en una de las mayores petroleras del mundo.

El otro es ExxonMobil que ha pasado de un 61% de petróleo en 2005 a un 68% el año pasado, gracias a su expansión en la cuenca estadounidense del Pérmico y a su éxito en el floreciente sector petrolero offshore de Guyana. Pero incluso la empresa de Houston tiene grandes proyectos de GNL en camino, en Estados Unidos, Qatar y Mozambique.

Existen riesgos:
  • El gas debe ser suficientemente barato para desplazar al carbón en Asia y competir con renovables.
  • La expansión del GNL (Qatar, EE.UU.) podría deprimir precios esta década, afectando proyectos de alto costo.
  • Las barreras geopolíticas (sanciones, aranceles) y la competencia por activos complican el panorama.

La conclusión parece ser adiós al "Big Oil", hola al "Big Gas". Para 2030, el término "Big Oil" podría quedar obsoleto. El gas impulsará el éxito de las grandes petroleras occidentales y sus pares. Su desafío: hacer que el "Big Gas" sea limpio, y tan rentable y popular como su antecesor.

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Publicado por Massimo Di Santi

Massimo Di Santi. Periodista, Comunicador Social y Presentador de diferentes medios internacionales. Ganador de múltiples premios, ha cubierto importantes eventos a nivel mundial y es un destacado periodista de guerra. Creación IA

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